[Reseña libro] Rojo, blanco y sangre azul

EL VERDADERO AMOR NO SIEMPRE ES DIPLOMÁTICO. Alex Clarademont-Díaz, el hijo millennial de la presidenta de los Estados Unidos, es un tesoro para el marketing de la Casa Blanca: atractivo, carismático e inteligente. Lo que nadie sabe es que no soporta al príncipe Henry, el hijo de la reina de Inglaterra. Así que, cuando la prensa sensacionalista se hace con una fotografía que refleja un altercado entre Alex y Henry, las relaciones entre Estados Unidos y el Reino Unido se enfrían. Ambos países trazan un plan para paliar los daños. Lo que empieza como una falsa amistad, publicada en Instagram, se va transformando en algo más profundo de lo que Alex y Henry podrían haber imaginado. ¿PUEDE EL AMOR CAMBIAR EL MUNDO?

Título original: Red, white and royal blue
Autor: Casey McQuiston
País e idioma de origen: EEUU (Inglés)
Género: Romance
Editorial: Molino
Formato: Tapa blanda
Número de páginas: 496
Fecha de publicación: 2019
ISBN: 9788427218697
Precio: 17.99€

Opinión de Cris

(SIN spoilers)

Después de todo el hype y a pesar de no ser muy fan del BL, me decidí a leer esta historia, y bueno, me ha gustado pero me ha faltado esa chispa para que el romance me conquistase.

Lo primero que pensé cuando empecé el libro es que parecía un fanfic, por la forma de narrar, la historia en sí misma que tiene por protagonistas a dos muy idealizados príncipes de Inglaterra e hijo de la presidenta de los EEUU, así como algunos sucesos algo exagerados, sobre todo durante los primeros capítulos.

En cuanto a la historia, se combina el romance entre los dos protas con el tema político en relación a las elecciones a la presidencia de EEUU y el evidente escándalo que puede suponer el revelar al mundo que dos personas tan influyentes puedan ser homosexuales y estar teniendo una relación juntos.

El romance empezó no convenciéndome desde el principio. Alex tiene un odio, para mi gusto no justificado, hacia Henry que es excesivo, y que sinceramente está ahí solo para hacer la historia más interesante y meterle relleno. El paso del odio al amor me pareció muy repentino, me hubiese gustado que el proceso fuese más lento y que ese odio que tanto gritaba Alex a los 4 vientos no se transformase en tensión sexual en 1 segundo.

Otra cosa que no me terminó de convencer es el proceso de reflexión que sigue Alex cuando descubre que es homosexual. Me esperaba algo más de confusión por su parte ya que a lo largo del libro se había dado a entender lo muy mujeriego que era... El colmo fue lo del tema del amigo de la infancia y que tuviesen ese tipo de relación en el pasado y no se diese cuenta de que él era gay. En fin, la cosa es que acepta como si tal cosa que es bisexual, que me parece perfecto, pero lo vi muy forzado.

Después la relación entra un poco en bucle, mucha tensión sexual, mucha escena de sexo muy fan service, pero a mi no me terminaba de emocionar del todo. Y hacia el final, pues evidentemente sucede la "tragedia" y la relación de los protas es expuesta al mundo lo cual trae consecuencias negativas tanto para la presidenta de EEUU como para la familia real de Inglaterra. Sin embargo me sorprendió mucho la reacción de la gente

Acompañando a la pareja principal tenemos otros personajes secundarias. Estos al principio se presentan de manera muy confusa, sobre todo en el lado de Alex. Hasta bastante avanzado el libro no me di cuenta de que solo eran dos hermanos, June y él, y no tres, ya que Nora era solo amiga de la familia. La verdad es que el trío tiene momentos muy divertidos y son personajes que le aportan bastante frescor a la historia. Cuando además se juntan con los amigos y hermana de Henry, lo pasan realmente bien. Me gustaron esas escenas de amistad entre todos.

Además del romance, la historia también se adentra un poco en el tema político. Esta parte es la que me resultó menos interesante, con el trabajo de Alex o las visitas a los políticos, aunque he de decir que al final, con las elecciones consiguió emocionarme y vivirlo tan intensamente como los personajes. Con respecto al final decir que me pareció todo demasiado color de rosa, pero bueno, los protas lo merecían después de todo lo sufrido.