Suzume es una chica que vive en el campo. Sin embargo, por culpa del traslado de su padre, se verá obligada a ir a un instituto de Tokio. El día en el que llega a la capital, para ella todo es nuevo y se acaba perdiendo. En ese momento, Suzume conoce a...
¡¡Empieza una nueva vida en la que todo es desconocido, empezando por el amor y la amistad!! Cuando era pequeña vi una estrella fugaz en pleno día. ¿Fue un sueño o el guía que me enseñó el camino...?
Nombre: Daytime shooting star
Nombre original: Hirunaka no Ryusei
Autor: Mika Yamamori
Tomos: 12
Género: Shoujo
Revista: Margaret
Año publicación (Japón): 2011-2014
Año publicación (España): 2017
Editorial japonesa: Shueisha
Editorial española: Planeta Comic
Encuadernación: Tankoubon, (11,1x17,7cm) rústica (tapa blanda) con sobrecubierta
Precio: 7,95€
Opinión de Cris
(SIN spoilers)
(SIN spoilers)
Me suele pasar cuando llevo tiempo sin leer un manga que cuando cojo una serie la pillo con muchas ganas, y eso es lo que me ha pasado con Daytime shooting star, pero además se le añade una historia entretenida que aunque sigue la tónica de todo shojo a mi me ha gustado especialmente, diferenciadose de los demás.
Nuestra protagonista, Suzume, se enamora de su profesor, que es el amigo de su hermano, y él también termina enamorándose de ella. Soy débil ante este tipo de historias de chico mayor-chica joven, así que de primeras la trama ya me tenía ganada. Obviamente la precaria situación en la que se encuentra Shishio hace que su relación con ella sea muy difícil: no pueden ser vistos públicamente y su posición como profesor estaría en juego en caso de ser descubiertos
La pobre Suzume, joven e inexperta como es en el tema amoroso, lo da todo por él, pero Shishio no siempre puede o le es fácil responder a sus atenciones, por lo que es Suzume el que más sufre de los dos. Sin embargo, parece que la historia entre ambos avanza poco a poco.
Al mismo tiempo Suzume, que llegaba nueva al instituto va haciendo nuevos amigos, entre ellos Mamura, un chico al que le dan miedo las chicas, pero en el Suzume va calando poco a poco. Es necesario destacar en este manga lo bien que está llevado el triángulo amoroso. Lo más normal en los shojos es que se vea claramente quien es el chico segundón que está ahí para consolar a la protagonista pero que luego se queda a dos velas. En un principio parece que Mamura va a ser precisamente este tipo de personajes, pero llega un punto en el que el lector realmente no sabe con quien se va a quedar.
También nos encontramos otros personajes secundarios, la mayoría de ellos los compañeros de clase de Suzume. De ellas hay que destacar Yuyuka, cuyo personaje se metió entre ceja y ceja desde el primer tomo, sobre todo porque me pareció surrealista la forma en la que las dos se hacen amigas, sobre todo teniendo en cuenta lo mala que es ella. Por suerte Yuyuka va cambiando y se convierte en una persona fundamental para Suzume, dándole muchos consejos y ayudándola todo lo que puede y al final, un personaje que resulta hasta entretenido.
Aunque la trama principal se centra en el triángulo amoroso, hay algo de espacio para tramas secundarias amorosas de las dos amigas. Por lo general, estas historias me suelen aburrir, pero en este caso he echado de menos más páginas para estos personajes, sobre todo para la historia de Yuyuka, en las que la autora nunca nos terminaba de enseñar lo que pasaba entre ella y el sempai.
Por lo demás, creo que la historia está muy bien contada, con buenas conversaciones entre los personajes, todo muy natural, y una narración fluida. Además, el dibujo, aunque sencillo, me ha parecido muy bonito. Con ciertas imágenes me quedaba embobada. De hecho hay una portada que protagoniza Shishio, que me encanta.
Así que, dentro de los tópicos de shojo, creo que es un manga bastante recomendable.
Nuestra protagonista, Suzume, se enamora de su profesor, que es el amigo de su hermano, y él también termina enamorándose de ella. Soy débil ante este tipo de historias de chico mayor-chica joven, así que de primeras la trama ya me tenía ganada. Obviamente la precaria situación en la que se encuentra Shishio hace que su relación con ella sea muy difícil: no pueden ser vistos públicamente y su posición como profesor estaría en juego en caso de ser descubiertos
La pobre Suzume, joven e inexperta como es en el tema amoroso, lo da todo por él, pero Shishio no siempre puede o le es fácil responder a sus atenciones, por lo que es Suzume el que más sufre de los dos. Sin embargo, parece que la historia entre ambos avanza poco a poco.
Al mismo tiempo Suzume, que llegaba nueva al instituto va haciendo nuevos amigos, entre ellos Mamura, un chico al que le dan miedo las chicas, pero en el Suzume va calando poco a poco. Es necesario destacar en este manga lo bien que está llevado el triángulo amoroso. Lo más normal en los shojos es que se vea claramente quien es el chico segundón que está ahí para consolar a la protagonista pero que luego se queda a dos velas. En un principio parece que Mamura va a ser precisamente este tipo de personajes, pero llega un punto en el que el lector realmente no sabe con quien se va a quedar.
También nos encontramos otros personajes secundarios, la mayoría de ellos los compañeros de clase de Suzume. De ellas hay que destacar Yuyuka, cuyo personaje se metió entre ceja y ceja desde el primer tomo, sobre todo porque me pareció surrealista la forma en la que las dos se hacen amigas, sobre todo teniendo en cuenta lo mala que es ella. Por suerte Yuyuka va cambiando y se convierte en una persona fundamental para Suzume, dándole muchos consejos y ayudándola todo lo que puede y al final, un personaje que resulta hasta entretenido.
Aunque la trama principal se centra en el triángulo amoroso, hay algo de espacio para tramas secundarias amorosas de las dos amigas. Por lo general, estas historias me suelen aburrir, pero en este caso he echado de menos más páginas para estos personajes, sobre todo para la historia de Yuyuka, en las que la autora nunca nos terminaba de enseñar lo que pasaba entre ella y el sempai.
Por lo demás, creo que la historia está muy bien contada, con buenas conversaciones entre los personajes, todo muy natural, y una narración fluida. Además, el dibujo, aunque sencillo, me ha parecido muy bonito. Con ciertas imágenes me quedaba embobada. De hecho hay una portada que protagoniza Shishio, que me encanta.
Así que, dentro de los tópicos de shojo, creo que es un manga bastante recomendable.
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